Llevar a cabo un cambio a LED en un de cultivo de cannabis impone respeto. Siempre planea el riesgo de que fallos en la ejecución acaben en costes más altos, pérdida de eficiencia o incluso daños en el cultivo. Las decisiones deben tomarse a nivel de sistema, no solo a nivel de luminaria.

Uno de los errores más frecuentes es elegir luminarias sin considerar eficiencia y espectro completo. No se trata de seleccionar una luminaria y listo: primero fijas un objetivo de intensidad, valoras los riesgos de exceso de luz y, solo entonces, escoges el espectro adecuado. 

La alta uniformidad y evitar puntos calientes resultan críticos, especialmente cuando el cultivador quiere empujar el cultivo con PPFD más elevadas.

La trampa de la carga térmica

Quienes pasan de HPS a LED a menudo subestiman cuánto cambia el sistema alrededor de la luz. Hemos visto casos que pasan de 1000w en HPS a 600w en LED para igualar la misma intensidad. 

Cambia la carga térmica de la sala: de repente, el aire acondicionado funciona con menos frecuencia y se hace necesario a usar calefactores o a tirar más del deshumidificador. Resultado: costes energéticos extra. Hacer casar la potencia lumínica y la carga térmica a nivel de sistema es esencial para evitar ineficiencias.

La temperatura de la superficie foliar es otro detalle que puede pillar por sorpresa. Las HPS emiten infrarrojo que, aunque no es fotosintéticamente activo, mantiene el tejido foliar más caliente; los LED no lo hacen. Es un factor pequeño, pero importante: quizá toque ajustar la temperatura de sala para compensar.

Diseño con la planta en el centro

No va solo de cambiar luces, también de repensar la estrategia de cultivo. El diseño del sistema también incluye dónde y cómo colocas las luminarias. 

Más distancia al dosel permite a las luminarias abrir mejor la luz y reducir puntos calientes. Los fotones son fotones y no pierden energía por viajar un poco más; eso sí, cuidado con pasarse de distancia porque puedes perder fotones en paredes u otras superficies improductivas. De ahí que superficies reflectantes y uniformes minimicen pérdidas y ayuden a que más fotones acaben en la planta.

Espectro equilibrado vs. espectro dinámico

Las luminarias de espectro dinámico —con varios tipos de diodo conmutables o regulables— aportan flexibilidad, pero suelen encarecer el proyecto. 

En la práctica, a alta intensidad de luz, los cambios de espectro tienen menos impacto. Una luz blanca bien equilibrada con componentes robustos en rojo, verde y azul suele ser la opción más efectiva, salvo que busques objetivos de calidad muy concretos.

Enfoque global

Cada instalación es única: no es lo mismo optimizar costes que priorizar calidad, y también cuentan las genéticas que estás trabajando; esas respuestas determinan el diseño. 

No se trata solo de cambiar luminarias: el valor está en llevar diseño de sistema con la mirada conjunta de ingenieros agrónomos y gente con bagaje real en cultivo. Así es como se evitan errores que salen caros.

Manel Asenjo

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